Protegerse del sol es crucial para mantener la salud de nuestra piel. A continuación desmontamos los mitos más extendidos sobre fotoprotección.
¿Existe el bronceado saludable? NO!
El bronceado es la reacción de nuestras células al daño en su ADN inducido por el sol.
La piel tiene memoria: el daño solar es acumulativo e irreversible y conduce al fotoenvejecimiento (arrugas, manchas…) y al cáncer de piel.
El único bronceado saludable es el que proporciona el autobronceador.
¿Tan importante es si sólo voy a la playa una semana al año? SÍ!
Los diferentes tipos de cáncer de piel se asocian a diferentes patrones de exposición solar.
El melanoma, el cáncer de piel más agresivo, se asocia a exposiciones solares intensas e intermitentes (es decir, muchas horas de sol concentradas en poco tiempo) y a quemaduras solares.
¿Debería darme rayos UVA al principio del verano para preparar la piel? NO!
La OMS clasificó en 2009 las lámparas UV como carcinógeno del grupo 1. Brasil o varios estados australianos han prohibido completamente su uso.
¿Puedo tener déficit de vitamina D por el uso de fotoprotector? NO!
El sol activa la síntesis de vitamina D en nuestra piel, por lo que uno puede plantearse si el uso de protector solar puede disminuir los niveles de vitamina D. Existen estudios que confirman que en nuestra latitud, una exposición solar de 15 minutos en pequeñas áreas corporales es suficiente para sintetizar la vitamina D necesaria.
Si existe un déficit de vitamina D es más segura la suplementación oral que aumentar la exposición solar sin protección.
¿Son mejores los filtros físicos que los químicos? NO!
No son mejores ni peores, son diferentes.
- Los filtros físicos o minerales no se absorben y actúan en la superficie de la piel reflejando la radiación solar como un escudo.
- Los filtros químicos se absorben en la piel y transforman la radiación solar.
Cada uno tiene sus ventajas y desventajas. Todos se consideran seguros, pero los físicos, dado que no se absorben y se asocian a menor riesgo de alergia cutánea se prefieren para pieles muy sensibles, dermatosis, antecedente de alergias, niños pequeños y embarazadas. Por contra, tienen el inconveniente de ser menos cosméticos (más blanquecinos) por lo que su textura no agrada a todas las personas. Muchos fotoprotectores combinan distintos filtros logrando una fotoprotección más completa.
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Acude a tu dermatológo para ayudarte a resolver cualquier duda adicional.
Autoría: Dra Sara Burillo Martínez. Dermatóloga. Col 502869538.
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